jueves, 9 de marzo de 2017

Asco.

Me da asco el miedo a la nada
a las dudas forjadas entre gente analfabeta
que no puede estudiar por falta de dinero
pero luego son utilizadas como el eslabón hacia la victoria.

Me da asco ser de la raza-humana- que no es capaz de avanzar
pero sí de retroceder años en cada paso en falso hacia delante.
Me da asco la sociedad en la que vivo
que no es capaz de involucrarse más allá de una pantalla
pero luego se caga de miedo y no puede subirse los pantalones.
Me da asco el victimismo.
He perdido la poca fe en la humanidad que me quedaba.

No sé qué futuro les voy a dejar a mis hijos
pero sí tengo claro que les diré:
"si queréis ver el futuro, vivid, sentir y gritar
cada segundo de justicia, injusticia y libertad.
Luchad.
Por todos y contra todos.
Ir a contracorriente siempre nos gustó
y esta vez, pequeños no va a ser
diferente porque vamos a existir hasta
que la metralla sean pétalos"
Lo creo.
Creo en mi aunque a veces me cueste respirar
entre tanta mierda con nombre de hipocresía.

No somos conscientes de lo que está pasando
a nuestro alrededor, las balas no nos llegan
ni la pobreza, ni la sangre derramada a kilómetros de aquí,
ni el miedo.
No lo vemos de cerca,
no existe,
lo evitamos.

Alarma puesta para ir a trabajar,
salario a final de mes
y fútbol en Antena 3.
Todo correcto,
ya puedo dormir bien.
Me da asco la humanidad.
No entiendo a la humanidad.
La humanidad masoca
que se destruye metiendo la mano en el fuego
y sujetando el bidón de gasolina en la otra.

Qué asco este olor a muerte y destrucción
del que nadie hace caso
Qué asco el olor a mentira y falsedad.
Qué asco el olor a ignorancia
y qué asco de humanidad
que te toca de casualidad y siempre
a distancia.

Qué asco da el mundo con nosotros dentro.

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