sábado, 9 de agosto de 2014

Soy abismo

Llueve sobre mojado,
lloramos en seco,
escuecen las cicatrices ya cerradas de heridas
mal-curadas
bien-dolidas.
Le voy a poner tus ojos a todas las lluvias
que me cojan desprevenida para sentirme como en casa.
Te miro y solo encuentro razones para poner un alquiler de versos para ti
porque el adiós está agotado y no me queda más que un 
"mañana te veo".

Bésame despacio que no tengo ninguna prisa.
Espero.
Voy a volar corazones, empezando por el mío.
Ahora vuelvo y te sigo,
guárdame un "por si acaso".
Las ganas se balancean en mis hombros
y a veces me gustaría volver a ser una niña en un columpio
intentando tocar el cielo con ayuda del viento. Sin soltarme.
Libre.

Eres el dardo perfecto para llevarte por delante toda mi cordura
pues he de confesarte que siempre he querido ser diana 
para parar ataques
antes de partirnos en dos mitades.
Eres la voz de todos mis silencios 
y los espacios en blanco
de cada una de mis consecuencias.
Todo empieza en ti y acaba en ti,
los principios marcan los finales.

La probabilidad de sufrir un incendio a corazón abierto
aumenta cuando sonríes y yo de estadística solo sé que me quemo.
Voy a llevarme tu oxígeno en el próximo parpadeo de tus labios,
aviso.
Soy abismo y no entiendo de cornisas sin suicida 
ni de balas perdidas.
Más que yo, ninguna.

Te voy a llevar al país de la desdicha 
para que así te des cuenta
de que de todos los golpes que me han dado, 
tú eres el de suerte.
Reuniré la colección más bonita de sueños 
para intercambiarla contigo
porque estoy desabrigada en el diciembre de mi piel
y quiero tirarme a tus brazos.

No sé vosotros, yo no entiendo un amor sin abismos
porque miedos tenemos todos, pero yo, solo a ti.

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